Las Fiesta de Bodas.

Publicado en por Hermano Jorge Jimenez A

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Queridos hermanos el É Señor Jesucristo, los invito a que reflexionemos sobre la Parábola de la fiesta de Boda.

"El reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo bodas a su hijo; Y envió sus siervos para que llamasen los llamados a las bodas; mas no quisieron venir. Volvió a enviar a otros siervos, diciendo: Decid a los llamados: He aquí, mi comida he aparejado; mis toros y animales engordados son muertos, y todo está prevenido: venid a las bodas. Mas ellos no se cuidaron, y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; Y otros, tomando a sus siervos, los afrentaron y los mataron. Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y puso fuego a su ciudad. Entonces dice a sus siervos: Las bodas a la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados no eran dignos. Id pues a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos hallareis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos: y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Mas él cerró la boca. Entonces el rey dijo a los que servían: Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos" (Mat. 22:2-14).

 

En esta parábola, por medio de la palabra "invitados," el Señor indica a la gente hebrea, y a los "esclavos" - a los apóstoles y predicadores de la fe en Jesucristo. Debido a que los invitados rechazaron a entrar al Reino de Dios, la predicación de la fe fue pasado a otras gentes. Algunas de estas gentes puede ser que no tenían tantas cualidades religiosas de tan alto nivel, pero en cambio manifestaban un gran entusiasmo sirviéndole a Dios.

 

La parabola reflexionada.


  1. La invitación rechazada con desprecio; (1-10). El reino de los cielos es semejante a una fiesta de bodas; Mateo 22:1-2. Isaías usó la figura de una boda para profetizar de la época mesiánica; Isaías 25:6; "Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados." El libro de Apocalipsis describe, la boda futura del cordero y su novia; Apocalipsis. 19:7; "han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado."
  2. Aun así, la invitación fue rechazada con desprecio. Por aquellos hombres indiferentes; (Mateo 22:3-5). Por aquellos hombres rebeldes; (Mateo 22:6). Jesús hace aquí referencia a la nación de Israel, como lo hizo en la parábola de los labradores malvados; (Mateo 21:33-46).
  3. La furiosa reacción del rey; Mateo 22:7. Aquellos que insolentemente despreciaron, que no pusieron atención y que rechazaron la invitación y abusaron de sus siervos, así mismos se destruyen. Las palabras, "y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas y quemó su ciudad". Parecen referirse a la destrucción de Jerusalén, en el año 70: (Lucas 19:41-44).

 

La invitación también fue extendida a otros; Mateo 22:8-10. Igual que en la “parábola de los labradores malvados”, la oportunidad de disfrutar las bendiciones del reino de Dios, fue extendida a otros: Mateo 21:43; "Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él." Refiriéndose al ofrecimiento del evangelio al reino de los gentiles; (Mateo 8:5-12). Dios ofreció la salvación a los gentiles, esto causo una gran sorpresa entre los judíos.

 

El invitado que no estaba vestido apropiadamente; (11-14).

 

  1. No estaba vestido de boda; "Y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda." Era la costumbre de los que invitaban, proveer a sus invitados la ropa apropiada. No vestir la ropa apropiada, era una falta de respeto y apreciación. No había ninguna excusa por no vestir ropa apropiada; “Más él enmudeció”.
  2. La furiosa reacción del rey; Mateo 22:13. La seriedad de aquella ofensa, se puede ver en la reacción del rey. El castigo que se describe, lo vimos ya en otras parábolas; (Mateo 13:42, 50). La invitación, o el llamamiento de Dios, se extiende a muchos pero muy pocos la reciben en la manera que pueden ser contados entre los escogidos.

 

¿A usted rechazado la invitación del Padre?

 

  1. ¿Lo ha hecho con indiferencia o apatía? Mucha gente no conoce a Dios, pero es por falta de interés. Aun así Dios ordena los asuntos de nuestra vida, para animarnos y motivarnos a buscarle con fe e interés; (Hechos 17:26.27; Romanos 1:20; 1 Tim. 2:3-4). Por esta razón y aunque sea por indiferencia que muchos no conocen a Dios ni obedecen el evangelio, también serán condenados; (2 Tesalonicenses 1:7-10).
  2. ¿Lo ha hecho con rebeldía? Hay muchos que saben muy bien la invitación del Padre. Pero a veces por cualquier razón, se rebelan contra él. Al hacerlo, menosprecian las riquezas de la gracia de Dios, y atesoran para sí mismos la justa indignación de Dios; (Romanos 2:4-11).
  3. ¿Lo hemos hecho usted y yo? Sí, cuando descuidamos el estudio de la palabra de Dios, cuando nos ausentamos del santuario (de las reuniones), donde Dios nos ha proclamado sus embajadores. Cuando no atendemos a las cosas que personalmente y solemnemente Dios nos ha confiado, cuando reunión tras reunión, nosotros nos resistimos a hacer su voluntad.

 

    Nosotros debemos de estar dispuestos a vestirnos con la vestidura que Dios nos dé. Todos debemos de vestirnos de Cristo, él debe estar y morar en nosotros. Pablo explica que esto se lleva a cabo en el bautismo; Gálatas 3:26-27; "Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos." ¿Puso usted a Cristo en su vida cuando se bautizó? Debemos de vestirnos del nuevo hombre. Pablo usa la figura de vestirnos del nuevo hombre, implicando el desarrollo del carácter y la conducta del cristiano; (Colosenses 3:5-14). ¿Deseamos nosotros ser encontrados en la fiesta de bodas vestidos con el viejo hombre con sus obras? ¿Se ha usted quitado el viejo hombre para vestirse del nuevo? Debemos de vestirnos de nuevas obras, notemos lo que dijo Juan. Habló de la preparación de la gloriosa boda del cordero y su esposa; (Apoc. 19:6-9). Necesitamos entender que las acciones justas de los santos, no se han hecho cómo méritos de la salvación: Dice Tito 3:4-5; "Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. Esas acciones se han hecho para dar honor y gloria a Dios, por lo tanto nosotros siempre debemos estar listo y celosos de hacer buenas obras; (Mat. 5:16; Tito 3:1, 8, 14). ¿Estamos haciendo lo mejor de nosotros para embellecer la vestidura de boda de la novia?

 

     Al final de la parábola sobre los invitados a la boda, donde se habla sobre uno de los invitados a la fiesta que se encontraba "no vestido de boda," hay cierto misterio. Para entender este lugar de la parábola, nosotros debemos conocer las costumbres de aquellos tiempos. En la antigüedad, cuando los reyes invitaban a la gente a la fiesta, (por ejemplo en honor del hijo de algún rey), ellos facilitaba los vestidos a los invitados para que los últimos luzcan presentables en la fiesta de bodas. Pero de acuerdo a la parábola, unos de los invitados rechazó la ropa y el privilegio que se le fue ofrecido por el rey debido a su orgullo. Él consideraba que su propia ropa era mejor. Rechazando la ropa ofrecida por el rey, él perturbó la felicidad de todos los invitados y apenó al rey. Por su orgullo él fue expulsado de la fiesta y arrogado en las tinieblas de afuera. En las Santas Escrituras, la ropa sirve como símbolo, significando el estado de consciencia. La ropa blanca y clara, significa la pureza espiritual y la virtuosidad, obsequiadas por Dios por Su misericordia a la persona. La persona que rechazó la ropa del rey, se asemeja a aquel cristiano que por su presunción, rechaza la misericordia de Dios y la gracia que se le otorga mediante los sacramentos. A estos virtuosos engreídos los podemos atribuir las sectas contemporáneas que rechazan la confesión, comunión y otros métodos para recibir la gracia otorgadas a nosotros por Jesucristo a la Iglesia para la salvación de la gente. Considerándose santos, los miembros de las sectas rebajan el significado del sacrificio cristiano: ayuno, celibato, etc., por más que la Santa Escritura hable sobre estos sacrificios. Estos virtuosos falsos, como escribía San Paulo: "Teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella: y a éstos evita" (2 Timoteo 3:5). Porque el poder de la virtuosidad no se encuentra en la apariencia de la persona, sino, en el sacrificio personal.

      Hermano querido, te has dado cuenta que la invitación de Dios va dirigida a tí y a mí; no cometamos el error de negarnos a ir a la boda rey; donde tú y yo tenemos un lugar especial, como invitados y desgustar los mejores platos del reino. que Dios te bendiga.

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